CARTA DICIEMBRE 2016

Queridos amigos,

Parece que fue ayer, pero hace ya 10 años que viajé por primera vez a Burkina Faso, era Noviembre del 2006. Desde Bobo‐Diulasso, segunda ciudad del país, la más rica en música, intenté escribir desde un destartalado café de Internet a algunos amigos que esperaban mis noticias. No me fue fácil, no había signos de puntuación y las letras estaban en un orden desconocido para mí. Así que tuve que repetir varias veces el escrito.

Repasando ese correo he vuelto a recordar mis primeras impresiones en ese país, el sentimiento de porque unos tienen tanto y otros tan poco, la sensación de que estaba todo por hacer, las imágenes que siempre guardaré en mi retina como los campos de algodón, «les barrages» con poca agua pero llenos de nenúfares, los minibús con el triple de pasajeros y sobre su techo cabras, fardos, bicicletas, motocicletas e incluso personas, los campos verdes con manchas de colores que no eran otra cosa que las camisetas de los niños, la tierra roja que es como una cancha de tenis infinita, las cabañas de adobe de cuyo interior aparece alguien vestido con pantalón azul y camisa amarilla como recién salido de una tintorería. Las gentes dirigiéndose o regresando de los mercados, las mujeres que con sus vestidos de colores parecen un desfile de modelos improvisado. Y sus gentes educadas y amables, y los niños siempre con esa sonrisa que llega al alma.

También recuerdo la dieta de pollo, «poulet byciclette», bien fibrado, o «poulet televisée» (alast), algo de arroz y por suerte los maravillosos mangos que me salvaron la vida.

Parece imposible…Es África!

Terminaba este correo diciendo a mis amigos que estaba muy feliz.

Por aquel entonces viajaba sola lo que me permitió entrar hasta la cocina de las aldeas y profundizar en las vidas y en los problemas de sus gentes. Por eso regresé con deberes, 15 niños y niñas que no podían acceder a la Escuela Secundaria por falta de medios económicos y que sus padres seguían llevando a la Escuela Primaria gratuita, y un pozo de agua en una aldea en la que las mujeres me persiguieron para explicarme que iban a 10 km. a buscarla.

Ya en Barcelona y para que esos proyectos se hicieran realidad pedí ayuda a mis dos amigas Rosa Rodríguez y Victoria Sánchez, que como Secretaria y Tesorera me ayudaron a constituir la Asociación que con el nombre de Yamlaminim (Haz lo que el corazón te dicte)‐ Proyectos en África fundábamos en abril del 2007 con el objetivo de apadrinar niños‐as para que pudieran acceder a la Escuela Secundaria, perforar pozos y realizar rehabilitación y construcción de infraestructuras en Burkina Faso, con el firme compromiso de controlar esos proyectos en destino y dedicar todas las aportaciones a esos dos objetivos, pagando a nivel particular todos los gastos de viajes y logística.

En el siguiente viaje de octubre 2007 para visitar a los primeros niños apadrinados e inaugurar nuestro primer pozo se incorporó al equipo Gonzalo López. Y en posteriores viajes Imma Calí, Ana Muñoz, Mercedes Ribera, José Luis Fernandez, Josep Maria Luis, Mari Carmen Carreño y Jaume Martin. Una mención especial a los amigos asturianos Fini y Quino que también visitaron el país y desde su tierra están colaborado con nosotros de forma muy especial.

Sin olvidarnos de la importantísima labor de nuestro representante Hamidou Salambere, porque conseguir que las cosas funcionen bien en África no es tarea fácil y requiere conocer bien el terreno.

Gracias a este equipo, a los padrinos que desde el curso 2006‐2007 nos están apoyando ininterrumpidamente, a otros particulares que de forma ocasional o periódica colaboran mes a mes o año a año, a las Empresas, Asociaciones y Fundaciones, porque es entre todos que Yamlaminim ha podido invertir en Burkina durante este periodo la cantidad de 530.000€.

En estos 10 años, se han apadrinado a 238 niños‐niñas, de los que están en activo en este curso 2016‐2017, 126 alumnos, de los cuales 4 en Universidad Privada, 2 chicos, Hamado y Boureima realizando estudios de Gestión de Recursos Hospitalarios, y 2 chicas, Kadigueta en segundo de Empresariales y Larissa que estudia Enfermería y además tiene un bebé.

Entre los que han realizado Formación Profesional, tenemos 8 electricistas y 2 costureras.

Es cierto que algunos, por diferentes circunstancias, no han llegado al objetivo que nos habíamos marcado, ya que no es fácil estudiar en África en la que surgen imponderables por todas partes. Pero incluso los que no han llegado al final, han aprendido a leer, escribir, hacer operaciones matemáticas y lo más importante la lengua oficial del país, el francés.

Y haciendo un repaso a las infraestructuras realizadas, el balance ha sido el siguiente:

En el Municipio de Comin Yanga:
Rehabilitación del dispensario y la maternidad, con instalación de placas solares, mobiliario y material sanitario.
Rehabilitación de la Escuela Primaria de 3 aulas, mobiliario y placas solares.
Construcción de 2 aulas, una en la aldea de Comin Yanga y otra en Gagaré y mobiliario.
Construcción Escuela Secundaria de 4 aulas, hoy Liceo y mobiliario.
Construcción de vivienda para personal sanitario en Vohogodin.
Construcción de un Centro Polivalente de Formación que alberga una Biblioteca.
Transporte de ambulancia desde Barcelona en 2009 y mantenimiento de la misma.
Perforación de 3 pozos de agua, uno financiado al 100% en el Centro de Salud de Comin
Yanga, y otros dos en colaboración en las aldeas de Worin y en el barrio de Natenga.

En Nobili:
Perforación pozo, nuestro primer proyecto inaugurado en 2007. Financiado al 100%.

En Quadaba:
Construcción Escuela Primaria de 3 aulas.

Malaria:

Subvención para el tratamiento de la malaria desde 2009 para niños menores de 5 años. Con ello hemos conseguido dejar la mortalidad de ese Municipio a 0%, cuando en el país es del 20%. 30€ es la diferencia entre la vida y la muerte de un pequeño.

Además hemos colaborado periódicamente con ayuda alimentaria en algunas aldeas, bicicletas para los apadrinados, ropa, zapatos, estudios puntuales, libros, gastos médicos de urgencia, reposición de material, ventiladores y baterías para las escuelas, alfombras, etc.

Hemos tenido la gran suerte de que nuestro trabajo allí, con la gran ayuda de nuestro representante Hamidou Salambere ha sido fluido. Nos han dejado trabajar sin que se nos haya pedido nada por parte de políticos, funcionarios, etc., por lo que hemos podido dedicar absolutamente todo lo recibido a los proyectos.

Únicamente en estos 10 años nos ha entristecido el fallecimiento de nuestro conductor desde 2008 Djibril Zanga al que siempre recordaremos con cariño en el único atentado terrorista en el país el pasado mes de enero. Dejó dos niñas pequeñas a las que estamos ayudando.

Nuestro trabajo en esas aldeas está plagado de anécdotas que allí parecen normales, pero que cuando ya en Barcelona las recordamos, hacen que una sonrisa aparezca en nuestros labios.

Siempre vamos cargados de pollos, vivos naturalmente, y alguna cabra también, da igual que hayamos inaugurado un proyecto o que simplemente hayamos escuchado la petición de alguna de las necesidades que nos plantean en las aldeas, siempre nos obsequian con lo que tienen. Las noches en las tiendas de campaña o sin ellas contemplando las estrellas, los vasos de Cola‐Cao con agua para los niños, los centenares de bocadillos de Nutella, los partidos de fútbol de muchos contra muchos, los imaginativos juguetes.

Nos queda mucho por hacer y por ello os pido que no os olvidéis de nosotros para que podamos seguir trabajando en un país que por su situación y por sus maravillosas gentes merece ser ayudado, y recordar que » poco es mucho allí«.

En un par de meses viajaremos de nuevo a Burkina para fotografiar a los apadrinados, ver su evolución escolar e interesarnos por sus problemas y efectuar la revisión y control de todas las infraestructuras para comprobar su funcionamiento y buen estado. De todo ello como siempre os informaremos al regreso en el que será un nuevo «Regresando de Burkina».

Todo el equipo de Yamlaminim os expresa su agradecimiento y os desea unas Felices Fiestas con vuestras familias y un 2017 lleno de alegría y solidaridad.

Sara Caneda y todo el equipo de Yamlaminim

Recordar que podéis visitar nuestra web www.yamlaminim.org , y si queréis realizar alguna aportación, el número de cuenta IBAN es: ES46.2100.3306.1422.0029.0015, informando de
vuestro nombre para la desgravación fiscal. Muchas gracias.

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